En la mitología griega, Aquiles1 o Aquileo2 (en griego antiguo Ἀχιλλεύς Αἰακίδης, Akhilleus Aiakidēs), héroe griego en la Guerra de Troya, era nieto de Éaco e hijo de Peleo y de la diosa Tetis, fue un héroe de la Guerra de Troya y uno de los principales protagonistas y más grandes guerreros de la Ilíada de Homero. En la célebre obra homérica, Aquiles suele ser calificado como «el de los pies ligeros», ya que se le consideraba el más veloz de los hombres.
Leyendas posteriores (empezando por un poema de Estacio del siglo I) afirman que Aquiles era invulnerable en todo su cuerpo salvo en su talón. Estas leyendas sostienen que Aquiles murió en batalla al ser alcanzado por una flecha envenenada en el talón, de donde la expresión «talón de Aquiles» ha llegado a aludir a la única debilidad de una persona.
Aquiles también es famoso por ser el más hermoso de los héroes reunidos en Troya,3 así como el más rápido. En su mito es crucial su relación con Patroclo, descrita en fuentes diferentes como profunda amistad o amor.
Tras recibir de Antíloco, el hijo de Néstor, la noticia de la muerte de Patroclo, Aquiles lloró sobre el cuerpo de su amigo. Su madre Tetis vino a consolar al afligido Aquiles, persuadiéndole para que Hefesto le hiciese una nueva armadura, en lugar de la que Patroclo había llevado y que fue arrebatada por Héctor. La nueva armadura incluía el escudo de Aquiles, descrito con gran detalle por el poeta.
Enfurecido por la muerte de Patroclo, Aquiles terminó con su negativa a luchar y regresó al campo de batalla matando muchos hombres en su ira, pero siempre buscando a Héctor. Incluso luchó contra el dios fluvial Escamandro, que se enfadó porque estaba obstruyendo sus aguas con todos los hombres que mataba. El dios intentó ahogarle pero fue detenido por Hera y Hefesto. El propio Zeus advirtió la furia de Aquiles y envió a los dioses para contenerlos, pues Troya no debía destruirse aún. Finalmente Aquiles encontró a su víctima y persiguió a Héctor alrededor de las murallas de Troya. Dieron tres vueltas en torno a ellas hasta que Atenea tomó la forma de Deífobo, hermano de Héctor y así convenció a este último para luchar cara a cara contra Aquiles. Aquiles obtuvo su venganza y mató a Héctor clavándole la lanza en el cuello. Entonces ató el cuerpo a su carro y lo arrastró por el campo de batalla durante nueve días. Luego presidió los juegos funerarios en honor de Patroclo.
Con la ayuda del dios Hermes, Príamo, el padre de Héctor, fue a la tienda de Aquiles y le convenció de que le permitiese celebrar los ritos funerarios de su hijo. El pasaje final de la Ilíada es el funeral de Héctor, tras el que la caída de Troya es sólo una cuestión de tiempo.
Muerte de Aquiles
Como había predicho Héctor en su último aliento, Paris mató más tarde a Aquiles, bien con una flecha (en el talón según Estacio) o con un cuchillo por la espalda cuando visitaba a Políxena, una princesa troyana. En algunas versiones, el dios Apolo guiaba la flecha de Paris, o bien era Apolo el que lo mataba sin intervención de Paris.
Sus huesos fueron mezclados con los de Patroclo, y se celebraron juegos funerarios. Aquiles fue representado en la pérdida épica de la Guerra de Troya de Arctino de Mileto viviendo tras su muerte en la isla de Leuce en la desembocadura del Danubio (véase más abajo).
Más tarde Filoctetes mató a Paris usando el enorme arco de Heracles.
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