viernes, 9 de marzo de 2012
Paris principe Troyano
En la mitología griega, Paris, en griego antiguo (
Πάρις), también llamado Alejandro, en griego antiguo (Αλέξανδρος), Aléxandros, 'el protector del hombre', fue un príncipe troyano, hijo del rey Príamo y de su esposa Hécuba. Paris fue conocido como El de la hermosa figura.
Hécuba, reina de Troya, tuvo un sueño durante su embarazo: soñó que daría a luz a una antorcha que incendiaría la ciudad. Esaco, hermanastro del futuro príncipe, poseía el don de interpretar los sueños y aconsejó que, a su nacimiento, abandonaran al recién nacido. Fue así como Príamo, el rey y padre de la criatura, ordenó a su criado Agelao que abandonara al pequeño en el Monte Ida. Agelao, en último momento, se apiadó del recién nacido y decidió criarlo como si fuera su hijo.
El pequeño creció con el nombre de Paris, siendo un joven guapo y fuerte que dominaba el arte de la música. Su primera historia de amor la vivió con la ninfa Enone, hija del dios-río Cebrén. Ella, que poseía el don de la profecía y la medicina, predijo que sería ella la única que podría salvarlo de una herida de muerte.
Paris fue acogido en la corte real de Troya y tuvo la oportunidad de embarcarse hacia Grecia, donde su tía Hesíone vivía después de que Telamón la hubiera secuestrado tiempo atrás,en casa de Cástor y Pólux, Paris llegó a Esparta, donde reinaba Menelao y su esposa Helena, la mujer más preciosa del mundo que le había prometido antaño Afrodita. El príncipe troyano no tardó en enamorarla con la ayuda de la diosa y, aprovechando que Menelao estaba en Creta celebrando los funerales de su abuelo, Paris y Helena se fugaron a Troya. Algunas versiones dicen que la joven fue raptada y no se marchó por su propia voluntad y otras dicen que lo que se fugó con Paris fue una imagen fantasmagórica de ella, cumpliéndose así la venganza de Hera por no haber sido escogida como la diosa más bella.
En su viaje se llevaron un gran número de riquezas, pero no a la hija de 9 años de Helena: Hermíone. En su viaje, una tempestad provocada por la diosa Hera hizo que el barco fuera a parar a Sidón, ciudad que los troyanos saquearon. A su llegada a Troya, los ciudadanos no aceptaron a Helena, pues lo consideraban una ofensa hacia el rey Menelao, y quisieron devolverla. A pesar de ello, la decisión de la familia real troyana fue que Helena podía quedarse en Troya junto a Paris.1 La ninfa Enone, primer amor de Paris, y su padre, Cebrén, se marcharon despechados de la ciudad.
Cuando Menelao descubrió lo sucedido, reunió una gran flota para conquistar Troya. Así inició la guerra, una guerra en la cual Paris demostró ser un buen arquero,el príncipe retó a Menelao: quien ganara se quedaría con Helena. Paris resultó casi herido de muerte de no ser porque Afrodita lo transportó a las murallas. Algunas versiones apuntan a que fue él quién mató a Aquiles, disparándole con el arco en el talón. Otra versión dice que lo mató con la espada del dios Apolo y otra dice que fue la propia deidad quien disparó la flecha que acabó en el talón de Aquiles.
El héroe mitológico Filoctetes disparó una flecha mortal con el arco de Heracles a Paris. Algunas versiones apuntan a que el príncipe murió en el campo de batalla, otras a que pudo huir herido y envió un emisario a la morada de su primer amor, Enone, la única que podía salvarlo. Según esta versión, la ninfa se negó a curarlo en un primer momento, pero arrepentida salió en su búsqueda sin llegar a tiempo: Paris había muerto. Fue entonces cuando Enone se suicidó arrojándose sobre la pira en la que era incinerado su amor.
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